Tigres de Cristal (Griajlbo, 2018), la última novela publicada por el escritor Toni Hill, nos narra los sucesos acontecidos durante la década de los años 70 en Ciudad Satélite: un mítico barrio del Cinturón Rojo de la ciudad de Barcelona, creado para alojar a los inmigrantes que llegaban de todas partes de España en busca de trabajo y de unas condiciones más satisfactorias para el desarrollo familiar. La noche del 15 de diciembre de 1978 se encuentra en este barrio el cuerpo sin vida de Joaquín Vázquez, apodado el Cromañón, quien ejerce el acoso escolar a sus compañeros de escuela. Juampe, cansado de aguantar las palizas brutales a las que es sometido decide trazar un plan- con la ayuda de su amigo Víctor Yague-, para darle una lección. Sin embargo, ellos no son conscientes de que existe un tercer adolescente, que será testigo de lo ocurrido, marcando así el porvenir de los acontecimientos y el destino de los protagonistas con su posterior declaración a la policía.
Casi cuarenta años después, Juampe y Víctor se reencontrarán en el barrio donde se criaron, caracterizado por aquellos grandes bloques de edificios verdes, para enfrentarse con el pasado y aceptar que ya no vale repetirse que eran unos niños para excusar sus actos. Juampe está empeñado en aclarar los enigmas que quedaron sin resolver, planteándose la idea de cómo se puede vivir con ese pasado, el cual conlleva un gran sufrimiento. Aunque Víctor, en un principio prefiere no rememorarlo, finalmente accede a ayudarlo, por la lealtad que demostró Juampe, al cargar únicamente con la culpa del asesinato, manteniendo en silencio el nombre de Víctor y de su familia. La resolución de estas cuestiones llevarán a los personajes a situaciones extremas que serán resueltas de una manera trágica.
La estructura de la novela se compone de dos planos temporales: presente y pasado. En el tiempo pasado la acción es narrada a través de la primera persona, focalizada en Ismael Arnal, quien está escribiendo esta historia que tuvo ocasión de ver con sus propios ojos para saldar una deuda consigo mismo, pero a la vez con todas esas personas a las que condenó de manera indirecta. Mientras tanto, en el tiempo presente, se plantean dos recorridos por los que transcurre la acción. Por un lado, la búsqueda iniciada por Juampe y Víctor, la cual les llevará a reencontrarse con lugares y personas olvidadas, y, por otro, la resolución del acoso escolar al que se enfrentan los adolescentes en pleno siglo XXI. Ambos senderos confluyen en un final del que se puede extraer una conclusión: no existe una única verdad, sino múltiples verdades. E, incluso estas nos pueden llevar a grandes equívocos.
Por lo tanto, nos encontramos ante una novela que muestra las complejidades del ser humano y la multitud de aristas que encierran las personalidades de cada uno de los personajes, destacando la temática del acoso escolar, posando el autor su mirada tanto en el acosador como en las victimas, sin llegar a ser paternalista ni banal. Se podría decir que la novela sirve para dar voz a aquellas personas que sufren este maltrato y que han sido olvidadas por la sociedad, pero también supone una llamada a la sensibilización y a afrontar una serie de medidas que sirvan para luchar contra este fenómeno.
Ángel Madero